martes, 30 de marzo de 2010

España se juega su presidencia europea en el último tramo


Las iniciativas emblemáticas de Zapatero deben aprobarse en junio
MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 30/03/2010 / El País.com

Pocos minutos antes de que se iniciara la rueda de prensa final de la cumbre de la semana pasada en Bruselas, los operarios del Consejo Europeo se apresuraron a colocar un tercer atril en la sala: el correspondiente al presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, que se colocó junto al del presidente permanente, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. La anécdota ilustra los encajes que han sido necesario improvisar entre las viejas instituciones de la UE y las nacidas del Tratado de Lisboa. El hecho de que, pese a los celos y pugnas sordas, el rodaje se haya realizado sin tensiones aparentes constituye el mayor éxito de la presidencia española, que mañana cruza el ecuador de sus seis meses de duración.

Realizar un balance a mitad de la carrera resulta, cuanto menos, aventurado, pues la mayoría de los platos están aún a medio cocinar y el resultado dependerá en muchos casos de factores que escapan al control del Gobierno español; como una victoria de los conservadores en las elecciones británicas de mayo, que podría dar al traste con la directiva sobre control de los hedges funds (fondos especulativos), o el conflicto de Oriente Medio, del que depende la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, el 7 de junio en Barcelona.
Un repaso a los principales asuntos que están sobre la mesa revela, como mínimo, que el semestre español está siendo cualquier cosa, menos anodino.
- Lucha contra la crisis. La Estrategia 2020, la hoja de ruta para una salida coordinada y sostenible de la crisis económica, es la principal prioridad de la presidencia española. El Consejo Europeo de la semana pasada aprobó los cinco objetivos básicos, pero no logró cuantificar los relativos a educación y lucha contra la pobreza. La asignatura ha quedado pendiente para la cumbre de junio, que debe ratificar la estrategia en su conjunto y también los planes nacionales.
- Servicio diplomático. La Alta Representante, Catherine Ashton, presentó la semana pasada las líneas maestras del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), con delegaciones diplomáticas en más de 130 países. Sus ideas, sin embargo, han suscitado un amplio rechazo en el Parlamento Europeo, que debe aprobar su presupuesto.
- Relaciones con EE UU. La suspensión de la cumbre con EE UU prevista para mayo en Madrid ha sido el mayor fiasco de la presidencia española. El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, lo relativizó ayer y anunció que en abril debe aprobarse el mandato para negociar un acuerdo de intercambio de datos financieros con Washington, tras el rechazo del Parlamento Europeo a prorrogar el que estaba vigente.
- Violencia de género. Se ha aprobado la creación del observatorio europeo sobre violencia de género y del número de teléfono único para víctimas de malos tratos. España confía aún en sacar adelante su iniciativa de orden europea de protección o alejamiento, pese a los problemas jurídicos en varios países.
- Política hacia Cuba. El Gobierno quiere eliminar la Posición Común de 1996 y sustituirla por un acuerdo bilateral con La Habana, pero no hay consenso en el seno de la Unión. El 6 de abril está convocada en Madrid una reunión ministerial UE-Cuba, a la que no acudirá Ashton.

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