Gran parte de la comunidad internacional amenaza con no reconocer la votación
4,6 millones de hondureños están llamados a las urnas para elegir presidente
Cerca de 250 invitados han llegado al país para hacer de observadores ante la negativa de la OEA
Zelaya asegura que no pedirá asilo en Brasil ni en otro país
4,6 millones de hondureños están llamados a las urnas para elegir presidente
Cerca de 250 invitados han llegado al país para hacer de observadores ante la negativa de la OEA
Zelaya asegura que no pedirá asilo en Brasil ni en otro país
Agencias/ Tegucigalpa/ La Verdad
Honduras se encuentra sumida en la incertidumbre por el desarrollo, mañana, de unas elecciones generales amenazadas con no ser reconocidas por gran parte de la comunidad internacional, mientras la población no oculta la preocupación ante la posibilidad de que se produzcan incidentes. Sin supervisión de organismos internacionales y con acusaciones de falta de garantías para su desarrollo, las elecciones cumplirán con la formalidad de realizarse en tiempo y forma, y en el inaudito escenario de tener al presidente depuesto, Manuel Zelaya, encerrado en una Embajada y al de facto, Roberto Micheletti, "ausente" del poder.
Los medios de comunicación hacen constantes llamadas a que la población acuda mañana a los comicios, en los que 4,6 millones de hondureños -un millón de ellos residentes en el exterior- están llamados a elegir un presidente, tres vicepresidentes, 128 diputados y los integrantes de 298 corporaciones locales. Sin embargo, gran parte de la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá los resultados de las elecciones por realizarse en un marco de ruptura constitucional tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya el pasado 28 de junio.
"Hay que ver qué pasa mañana", advierte el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, en declaraciones a los medios locales en las que recuerda que "tener unas elecciones libres, transparentes, es una condición necesaria, no suficiente, pero una condición necesaria para restaurar el orden democrático". El embajador estadounidense ha indicado que "parte del proceso de normalizar la situación en Honduras, de restablecer el orden constitucional, requiere definitivamente un proceso electoral".
Incidentes en los últimos días
Por lo pronto, las autoridades policiales informaron de un nuevo atentado con una granada contra una radio de la capital anoche y de dos explosiones en las ciudades de San Pedro Sula y Lempira, sin que en ninguno de los casos se registraran heridos. "Los hondureños si tienen abstención es porque los están amenazando por eso no salen, no es porque no quieren ir a votar", ha dicho el candidato oficialista a la presidencia, Elvin Santos, en conferencia de prensa al referirse a las explosiones. Nicaragua y El Salvador han decidido cerrar sus fronteras hasta que pasen las elecciones, según una fuente oficial hondureña, y en Honduras hay ley seca desde las 6.00 del sábado, hora local (12.00 GMT).
En las calles de Tegucigalpa se puede ver abundante propaganda electoral colgada de semáforos o pegada a postes de luz; "centros de acopio", como se llaman a los locales de información electoral para la ciudadanía, y todo un abanico de opciones para averiguar el lugar donde cada uno debe votar. Alrededor de 250 invitados, según las autoridades electorales, han llegado al país para hacer de observadores, ante la negativa de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) a avalar los comicios.
Entre los invitados se cuentan diputados europeos; representantes del Instituto Nacional Demócrata (NDI) y del Instituto Internacional Republicano (IRI) (ambos receptores de fondos del Gobierno de Estados Unidos) y ex presidentes, aunque también 88 extranjeros residentes en el país agrupados bajo una organización no gubernamental. Está previsto que los colegios electorales abran sus puertas a las 7.00, hora local (13.00 GMT), y cierren a las 16.00 (22.00 GMT), aunque el horario podría ampliarse una hora por decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) o la propia mesa en caso de que se produjeran "dificultades", indicaron a Efe fuentes del TSE.
Preocupación y amenazas
Ese órgano espera dar los primeros resultados oficiales alrededor de las 18.00, hora local (00.00 GMT del lunes), momento hasta el que no está permitido ofrecer información sobre encuestas. Detractores y seguidores del depuesto Zelaya, que en el caso de los últimos ven en las elecciones la forma de legitimar el golpe de Estado del pasado 28 de junio, se acusan de formular amenazas para impedir u obligar a la población a ir a votar.
"Yo no voy a ir a votar, aunque nos han amenazado con corrernos (echarnos) si no vamos", ha dicho Luis Fernando Aceituno, de 42 años, al explicar que el lunes tiene que llegar con el dedo manchado de tinta para demostrar que votó. Maribel Corrales, de 31 años, ha dicho que ella va a votar en unas elecciones que son "totalmente legítimas", aunque se muestra preocupada por el posible no reconocimiento internacional. "Las ayudas han dejado de entrar y eso se nota", afirma.
Zelaya no pedirá asilo
Tras cinco meses de haber sido derrocao, Manuel Zelaya asegura que "no es cierto" que esté "pidiendo asilo en Brasil, ni en otro país".
El diario brasileño O Estado de Sao Paulo ha informado de la posibilidad de que Zelaya estuviera pensando en exiliarse en caso de que finalmente no recupere el cargo antes de que el candidato vencedor de las elecciones asuma el mandato.
"Esa es una especulación, no soy un improvisado, tengo 35 años de lucha, no tengo tiempo ni espacio para eso, he escogido una posición que es defender un derecho del pueblo, no a mi mismo", ha expresado el gobernante derrocado.
Zelaya también se ha referido a las elecciones de mañana en su país, que rechaza por considerarlas "ilegales" y culpó a Estados Unidos y al régimen de facto que preside Roberto Micheletti de haberse puesto de acuerdo para dejarle fuera de la contienda electoral.
"Las elecciones no cambian nada, sigue el golpe de Estado en Honduras, estas elecciones son ilegítimas y mañana los resultados del pueblo son que el 50 por ciento no va a participar en el proceso", asegura.
Según Zelaya, a él se le ha dejado fuera en el proceso electoral, porque sus adversarios saben que hay alcaldes, regidores y diputados que le apoyan y "que están siendo reprimidos por los militares, pero el mundo está guardando silencio ante eso".
El depuesto mandatario consideró además que "la participación de Estados Unidos" apoyando las elecciones "no es creíble".
Honduras se encuentra sumida en la incertidumbre por el desarrollo, mañana, de unas elecciones generales amenazadas con no ser reconocidas por gran parte de la comunidad internacional, mientras la población no oculta la preocupación ante la posibilidad de que se produzcan incidentes. Sin supervisión de organismos internacionales y con acusaciones de falta de garantías para su desarrollo, las elecciones cumplirán con la formalidad de realizarse en tiempo y forma, y en el inaudito escenario de tener al presidente depuesto, Manuel Zelaya, encerrado en una Embajada y al de facto, Roberto Micheletti, "ausente" del poder.
Los medios de comunicación hacen constantes llamadas a que la población acuda mañana a los comicios, en los que 4,6 millones de hondureños -un millón de ellos residentes en el exterior- están llamados a elegir un presidente, tres vicepresidentes, 128 diputados y los integrantes de 298 corporaciones locales. Sin embargo, gran parte de la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá los resultados de las elecciones por realizarse en un marco de ruptura constitucional tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya el pasado 28 de junio.
"Hay que ver qué pasa mañana", advierte el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, en declaraciones a los medios locales en las que recuerda que "tener unas elecciones libres, transparentes, es una condición necesaria, no suficiente, pero una condición necesaria para restaurar el orden democrático". El embajador estadounidense ha indicado que "parte del proceso de normalizar la situación en Honduras, de restablecer el orden constitucional, requiere definitivamente un proceso electoral".
Incidentes en los últimos días
Por lo pronto, las autoridades policiales informaron de un nuevo atentado con una granada contra una radio de la capital anoche y de dos explosiones en las ciudades de San Pedro Sula y Lempira, sin que en ninguno de los casos se registraran heridos. "Los hondureños si tienen abstención es porque los están amenazando por eso no salen, no es porque no quieren ir a votar", ha dicho el candidato oficialista a la presidencia, Elvin Santos, en conferencia de prensa al referirse a las explosiones. Nicaragua y El Salvador han decidido cerrar sus fronteras hasta que pasen las elecciones, según una fuente oficial hondureña, y en Honduras hay ley seca desde las 6.00 del sábado, hora local (12.00 GMT).
En las calles de Tegucigalpa se puede ver abundante propaganda electoral colgada de semáforos o pegada a postes de luz; "centros de acopio", como se llaman a los locales de información electoral para la ciudadanía, y todo un abanico de opciones para averiguar el lugar donde cada uno debe votar. Alrededor de 250 invitados, según las autoridades electorales, han llegado al país para hacer de observadores, ante la negativa de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) a avalar los comicios.
Entre los invitados se cuentan diputados europeos; representantes del Instituto Nacional Demócrata (NDI) y del Instituto Internacional Republicano (IRI) (ambos receptores de fondos del Gobierno de Estados Unidos) y ex presidentes, aunque también 88 extranjeros residentes en el país agrupados bajo una organización no gubernamental. Está previsto que los colegios electorales abran sus puertas a las 7.00, hora local (13.00 GMT), y cierren a las 16.00 (22.00 GMT), aunque el horario podría ampliarse una hora por decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) o la propia mesa en caso de que se produjeran "dificultades", indicaron a Efe fuentes del TSE.
Preocupación y amenazas
Ese órgano espera dar los primeros resultados oficiales alrededor de las 18.00, hora local (00.00 GMT del lunes), momento hasta el que no está permitido ofrecer información sobre encuestas. Detractores y seguidores del depuesto Zelaya, que en el caso de los últimos ven en las elecciones la forma de legitimar el golpe de Estado del pasado 28 de junio, se acusan de formular amenazas para impedir u obligar a la población a ir a votar.
"Yo no voy a ir a votar, aunque nos han amenazado con corrernos (echarnos) si no vamos", ha dicho Luis Fernando Aceituno, de 42 años, al explicar que el lunes tiene que llegar con el dedo manchado de tinta para demostrar que votó. Maribel Corrales, de 31 años, ha dicho que ella va a votar en unas elecciones que son "totalmente legítimas", aunque se muestra preocupada por el posible no reconocimiento internacional. "Las ayudas han dejado de entrar y eso se nota", afirma.
Zelaya no pedirá asilo
Tras cinco meses de haber sido derrocao, Manuel Zelaya asegura que "no es cierto" que esté "pidiendo asilo en Brasil, ni en otro país".
El diario brasileño O Estado de Sao Paulo ha informado de la posibilidad de que Zelaya estuviera pensando en exiliarse en caso de que finalmente no recupere el cargo antes de que el candidato vencedor de las elecciones asuma el mandato.
"Esa es una especulación, no soy un improvisado, tengo 35 años de lucha, no tengo tiempo ni espacio para eso, he escogido una posición que es defender un derecho del pueblo, no a mi mismo", ha expresado el gobernante derrocado.
Zelaya también se ha referido a las elecciones de mañana en su país, que rechaza por considerarlas "ilegales" y culpó a Estados Unidos y al régimen de facto que preside Roberto Micheletti de haberse puesto de acuerdo para dejarle fuera de la contienda electoral.
"Las elecciones no cambian nada, sigue el golpe de Estado en Honduras, estas elecciones son ilegítimas y mañana los resultados del pueblo son que el 50 por ciento no va a participar en el proceso", asegura.
Según Zelaya, a él se le ha dejado fuera en el proceso electoral, porque sus adversarios saben que hay alcaldes, regidores y diputados que le apoyan y "que están siendo reprimidos por los militares, pero el mundo está guardando silencio ante eso".
El depuesto mandatario consideró además que "la participación de Estados Unidos" apoyando las elecciones "no es creíble".
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