BRUSELAS, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea permitirá que cada Gobierno retire las ayudas a los bancos cuando quiera teniendo en cuenta su situación económica en lugar de fijar una fecha común para todos los Estados miembros como pretendía la comisaria de Competencia, Neelie Kroes para evitar distorsiones de competencia, según se recoge en el borrador de conclusiones que discutirán los ministros de Economía de los 27 la próxima semana.
Esta decisión supone un triunfo de la tesis defendida por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que consideraba prematuro establecer ya un calendario para suprimir las ayudas, especialmente los avales públicos para la emisión de deuda bancaria, por considerar que persiste la fragilidad del sistema financiero de la UE. Salgado aseguró en la última reunión del Ecofin que España tendrá tiempo de reestructurar las cajas de ahorro con el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) antes de que la Bruselas exija la retirada de las ayudas públicas al sector financiero.
La Comisión pedía empezar a suprimir los avales para la deuda en junio de 2010 aumentando su precio o restringiendo el acceso. Pero en las conclusiones que debatirá el Ecofin no se fija ninguna fecha.
Además, los ministros de Economía subrayarán que "como la crisis ha afectado a los Estados miembros y a su sector financiero de forma diferente, deben tenerse en cuenta las circunstancias específicas de cada país, permitiendo así a los Estados miembros suprimir los planes de ayuda en diferentes momentos, al tiempo que se mantiene un nivel adecuado de competencia".
En todo caso, la retirada de las ayudas deberá empezar por las garantías públicas a la deuda. Y el Ecofin pedirá a los Estados miembros que se coordinen para evitar que las decisiones adoptadas por un Gobierno tengan repercusiones negativas en otros. La coordinación se basará en el intercambio de información entre todos los países antes de adoptar ninguna decisión y en la transparencia hacia los ciudadanos y el sector financiero.
Los expertos de los Estados miembros reunidos en el Comité Económico y Financiero, en cooperación con el Banco Central Europeo, serán los responsables de vigilar la evolución del sector financiero y estudiar posibles estrategias de salida de los planes de ayuda. Deberán presentar un informe de situación en febrero de 2010.
Los ministros de Economía de la UE quieren además que el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS, por sus siglas en inglés) dé información cada seis meses sobre la fortaleza de los balances de los bancos, en particular sobre la calidad de sus activos y la adecuación de su capital y si es necesario coordine nuevas pruebas de estrés. Según la única prueba de estrés conjunta que se ha realizado hasta ahora, los 22 principales bancos europeos podrían perder hasta 400.000 millones de euros este año y en 2010 si la situación económica empeora. En todo caso, las entidades están suficientemente capitalizadas para hacer frente a este escenario.
Aunque los bancos se han beneficiado de la mejora de la situación económica, la UE considera que la recuperación sigue siendo "frágil", por lo que "todavía es claramente prematuro iniciar la retirada general de los planes de apoyo financiero". Eso sí, es imprescindible empezar ya a diseñar la "estrategia de salida" para volver a una situación de normalidad, según se recoge en el documento preparatorio que discutirán los ministros.
Los países de la UE han apoyado hasta ahora a sus sectores financieros con medidas que suponen alrededor del 13% del PIB. Si se suman los fondos aprobados y todavía no utilizados, el porcentaje asciende al 31% del PIB. La mayor proporción (7,9% del PIB en cuanto a medidas utilizadas, 24,7% del PIB en cuanto a medidas aprobadas) corresponde a garantías sobre la deuda bancaria, según los datos de Bruselas.
En España, las medidas de apoyo al sector bancario ascienden al 21,9% del PIB, pero sólo se han utilizado por valor del 5,8%. De ellas, los avales suponen el 19,1%, y hasta ahora se han utilizado por valor del 4%.
La Unión Europea permitirá que cada Gobierno retire las ayudas a los bancos cuando quiera teniendo en cuenta su situación económica en lugar de fijar una fecha común para todos los Estados miembros como pretendía la comisaria de Competencia, Neelie Kroes para evitar distorsiones de competencia, según se recoge en el borrador de conclusiones que discutirán los ministros de Economía de los 27 la próxima semana.
Esta decisión supone un triunfo de la tesis defendida por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que consideraba prematuro establecer ya un calendario para suprimir las ayudas, especialmente los avales públicos para la emisión de deuda bancaria, por considerar que persiste la fragilidad del sistema financiero de la UE. Salgado aseguró en la última reunión del Ecofin que España tendrá tiempo de reestructurar las cajas de ahorro con el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) antes de que la Bruselas exija la retirada de las ayudas públicas al sector financiero.
La Comisión pedía empezar a suprimir los avales para la deuda en junio de 2010 aumentando su precio o restringiendo el acceso. Pero en las conclusiones que debatirá el Ecofin no se fija ninguna fecha.
Además, los ministros de Economía subrayarán que "como la crisis ha afectado a los Estados miembros y a su sector financiero de forma diferente, deben tenerse en cuenta las circunstancias específicas de cada país, permitiendo así a los Estados miembros suprimir los planes de ayuda en diferentes momentos, al tiempo que se mantiene un nivel adecuado de competencia".
En todo caso, la retirada de las ayudas deberá empezar por las garantías públicas a la deuda. Y el Ecofin pedirá a los Estados miembros que se coordinen para evitar que las decisiones adoptadas por un Gobierno tengan repercusiones negativas en otros. La coordinación se basará en el intercambio de información entre todos los países antes de adoptar ninguna decisión y en la transparencia hacia los ciudadanos y el sector financiero.
Los expertos de los Estados miembros reunidos en el Comité Económico y Financiero, en cooperación con el Banco Central Europeo, serán los responsables de vigilar la evolución del sector financiero y estudiar posibles estrategias de salida de los planes de ayuda. Deberán presentar un informe de situación en febrero de 2010.
Los ministros de Economía de la UE quieren además que el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS, por sus siglas en inglés) dé información cada seis meses sobre la fortaleza de los balances de los bancos, en particular sobre la calidad de sus activos y la adecuación de su capital y si es necesario coordine nuevas pruebas de estrés. Según la única prueba de estrés conjunta que se ha realizado hasta ahora, los 22 principales bancos europeos podrían perder hasta 400.000 millones de euros este año y en 2010 si la situación económica empeora. En todo caso, las entidades están suficientemente capitalizadas para hacer frente a este escenario.
Aunque los bancos se han beneficiado de la mejora de la situación económica, la UE considera que la recuperación sigue siendo "frágil", por lo que "todavía es claramente prematuro iniciar la retirada general de los planes de apoyo financiero". Eso sí, es imprescindible empezar ya a diseñar la "estrategia de salida" para volver a una situación de normalidad, según se recoge en el documento preparatorio que discutirán los ministros.
Los países de la UE han apoyado hasta ahora a sus sectores financieros con medidas que suponen alrededor del 13% del PIB. Si se suman los fondos aprobados y todavía no utilizados, el porcentaje asciende al 31% del PIB. La mayor proporción (7,9% del PIB en cuanto a medidas utilizadas, 24,7% del PIB en cuanto a medidas aprobadas) corresponde a garantías sobre la deuda bancaria, según los datos de Bruselas.
En España, las medidas de apoyo al sector bancario ascienden al 21,9% del PIB, pero sólo se han utilizado por valor del 5,8%. De ellas, los avales suponen el 19,1%, y hasta ahora se han utilizado por valor del 4%.
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