domingo, 21 de febrero de 2010

Al menos 38 muertos y 101 heridos por las graves inundaciones que sufre la isla de Madeira


Hay pueblos aislados, carreteras cortadas, riadas y graves daños en numerosas zonas del archipiélago a causa de las fuertes lluvias
El Gobierno estudia la posibilidad de declarar en la región el estado de calamidad y solicitar a la UE que se activen los mecanismos de socorro
Sócrates, que se ha desplazado a la zona, ha ofrecido "toda la ayuda que el Gobierno regional necesite para iniciar inmediatamente los trabajos de recuperación"
Durão Barroso ha destacado la "disponibilidad" del Ejecutivo comunitario para apoyar al país en lo que ha considerado una "terrible catástrofe"



La Verdad

Las autoridades de Madeira han anunciado que la cifra de muertos registrados hasta ahora por las lluvias torrenciales que ha sufrido la turística isla portuguesa ascienden a 38. A causa del temporal se han registrado al menos 101 heridos, un número sin determinar de desaparecidos y más de 250 personas han tenido que ser desalojadas de sus casas, aunque los servicios de socorro no han podido acceder todavía a poblaciones aisladas por el corte de las carreteras y las líneas de teléfono.
Las fuertes lluvias obligaron a desalojar dos centros comerciales y varias zonas de la parte baja de la ciudad, de cien mil habitantes. En sus barrios periféricos hubo personas arrastradas por las aguas y otras sepultadas al derrumbarse los techos de sus casas o quedar atrapadas en deslizamientos de tierra. Un padre contó afligido por televisión cómo una incontenible riada se había llevado de su casa a un hijo de cinco años, cuyo cuerpo había podido rescatar, y a su mujer, que aún no había aparecido.
Fuentes de los servicios de protección civil y de las autoridades locales han explicado que siguen los trabajos de rescate y el recuento de las víctimas. Pero los servicios de protección civil buscan aún en el lodo y los automóviles destrozados por las riadas otras posibles víctimas, que también podrían aparecer cuando haya informes completos de las localidades del interior de la isla. Además, medios especiales de apoyo, entre los que se encuentra un equipo de submarinistas, especialistas de búsqueda y miembros del Instituto Nacional luso de Medicina Legal han partido hoy hacia la isla. Asimismo, hoy llegarán dos equipos de la Guardia Nacional Republicana con perros para ayudar en la búsqueda de desaparecidos.
Momentos de pánico
De geografía muy accidentada y con un total de 250.000 habitantes, que supone casi toda la población de las cinco islas del archipiélago, Madeira ha visto cómo en 12 horas de lluvias torrenciales carreteras, puentes y urbanizaciones enteras eran barridas por la fuerza de las aguas. La intensidad de las lluvias, las peores en 40 años, desbordaron a los servicios de bomberos y protección civil, que al final de la tarde recibieron ya el apoyo de fuerzas militares y refuerzos enviados desde el continente.
Según los informes de las autoridades, hay cientos de viviendas inundadas de lodo cuyos habitantes han tenido que refugiarse en cuarteles, hoteles y casas particulares. Ya de noche en la isla no se había logrado restablecer aún el tráfico rodado en muchas de las principales arterias de Funchal, convertidas en verdaderos ríos, y el aeropuerto seguía cerrado a los vuelos comerciales, desviados hoy a las españolas islas Canarias por la inundación y vientos de hasta cien kilómetros por hora.
La población, que en las áreas bajas de la capital vivió momentos de pánico, teme que se produzcan derrumbes y aluviones en las muchas laderas donde se asientan zonas urbanas, que han acumulado agua no sólo durante el temporal sino en más de tres meses con niveles muy altos de precipitaciones. Los bomberos, la Policía, fuerzas del ejército y las compañías de teléfonos y de energía eléctrica han organizado equipos de emergencia para intentar restablecer el contacto con las zonas pobladas que siguen completamente aisladas con decenas de kilómetros de carreteras intransitables.
"Solidaridad nacional"
Según los servicios de meteorología, desde 1969 no había llovido con tal intensidad en Madeira, situada a 860 kilómetros al suroeste de Lisboa, aunque para los próximos días sólo se prevén precipitaciones moderadas. Ante la grave situación en la isla, el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, ha apelado a la "solidaridad nacional" para ayudar a "reconstruir un mundo que fue destruido" y el primer ministro luso, José Sócrates, se ha declarado consternado por la "desolación" que ha causado el temporal.
Sócrates ha ofrecido esta madrugada "toda la ayuda que el Gobierno regional necesite para que Madeira pueda iniciar inmediatamente los trabajos de recuperación". El primer ministro, que se ha desplazado a la isla, ha explicado que ha acordado con el Gobierno del archipiélago "dos cosas, aquello en lo que ya podemos ayudar para responder a las situaciones de emergencia, y mantener el diálogo para definir el cuadro general de ayuda a la región como respuesta a la situación".
Por su parte, el ministro de Interior, Rui Pereira, ha anunciado que el Gobierno estudia declarar en la región el estado de calamidad y solicitar a la Unión Europea que se activen los mecanismos de ayuda comunitaria para estas situaciones. A este respecto, el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durão Barroso, ha destacado en un comunicado difundido anoche la "disponibilidad" del Ejecutivo comunitario para apoyar a Portugal en lo que ha considerado una "terrible catástrofe".

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