RTVE.es / AGENCIAS 11.08.2010 - 01:14h
Alrededor de dos millones de musulmanes comienzan a partir este miércoles en España el Ramadán, uno de los cinco preceptos del islam que supone la prohibición de comer, beber y mantener relaciones sexuales mientras haya luz solar.
El presidente de la Junta Islámica, Mansur Escudero, ha destacado a Efe que el Ramadán es un "mes que siempre despierta muchas expectativas", además de ser un sacrificio.
Los beneficios espirituales llegan porque "aumenta la conciencia de Dios y sirve para fortalecer el carácter", mientras que los físicos radican en que "es un tiempo en el que se da reposo al sistema digestivo y el cuerpo se limpia".
Un año más duro para el cumplimiento
Este año, el mes de Ramadán, ha caído en pleno verano. Eso tiene implicaciones: al ser los días más largos, el ayuno tiene una duración mayor y el esfuerzo físico más exigente.
Por eso, según informa El País, la exigencia física del ayuno ha llevado a algunos empresarios agrícolas catalanes a hacer firmar a los temporeros musulmanes un documento en el que les eximen -a los empresarios- de cualquier responsabilidad mientras trabajan en la recogida de fruta.
La medida ha suscitado las críticas de diversas asociaciones islámicas tanto de Lleida como del Departamento de Trabajo de esta provincia, que han expresado sus dudas sobre la validez de dicho documento.
En este sentido, las autoridades musulmanas en España han recordado el acuerdo de cooperación entre el Estado Español y la Comisión Islámica de España que recoge expresamente en uno de sus artículos que los musulmanes que los deseen -entre 1,5 y 2 millones, según la Junta Islámica, incluyendo a los irregulares- "podrán solicitar concluir su jornada laboral una hora antes de la puesta de sol durante el mes de Ramadán".
Mes de esfuerzo y sacrificio
El Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán que es lunar y cada año cae en una fecha distinta en nuestro calendario gregoriano. El calendario lunar es 11 días más corto que el gregoriano y por eso existe ese desfase temporal al pasar los días de un calendario a otro.
En 2008, por ejemplo, el mes sagrado musulmán cayó en septiembre y el año pasado también en agosto. Durante este mes, los musulmanes conmemoran la revelación del Corán al profeta Mahoma.
Sin embargo, según ha indicado Mansur escudero, no todos los musulmanes están obligados a cumplir el ramadán y que en el grupo de los exentos, en el que se encuentran las mujeres embarazadas y lactantes, los ancianos, los niños y los viajeros, también se incluyen aquellos que desempeñan trabajos duros y que, por hacer ramadán, podrían sufrir deshidratación.
"La preservación de la vida está por encima del ramadán", ha dicho Escudero que ha explicado que, para compensar la falta de ayuno durante el ramadán, las leyes islámicas contemplan dar de comer a un necesitado tantos días como los que no se ayune durante el ramadán o que se haga el ayuno otro día que sí pueda sin que corra riesgo la salud.
En España, según el presidente de la Junta Islámica, la población musulmana oscila entre los 1,5 millones y los 2 millones, si se tiene en cuenta a los inmigrantes que están en el país de forma irregular y de éstos, unos 200.000 están en Andalucía.
El presidente de la Junta Islámica, Mansur Escudero, ha destacado a Efe que el Ramadán es un "mes que siempre despierta muchas expectativas", además de ser un sacrificio.
Los beneficios espirituales llegan porque "aumenta la conciencia de Dios y sirve para fortalecer el carácter", mientras que los físicos radican en que "es un tiempo en el que se da reposo al sistema digestivo y el cuerpo se limpia".
Un año más duro para el cumplimiento
Este año, el mes de Ramadán, ha caído en pleno verano. Eso tiene implicaciones: al ser los días más largos, el ayuno tiene una duración mayor y el esfuerzo físico más exigente.
Por eso, según informa El País, la exigencia física del ayuno ha llevado a algunos empresarios agrícolas catalanes a hacer firmar a los temporeros musulmanes un documento en el que les eximen -a los empresarios- de cualquier responsabilidad mientras trabajan en la recogida de fruta.
La medida ha suscitado las críticas de diversas asociaciones islámicas tanto de Lleida como del Departamento de Trabajo de esta provincia, que han expresado sus dudas sobre la validez de dicho documento.
En este sentido, las autoridades musulmanas en España han recordado el acuerdo de cooperación entre el Estado Español y la Comisión Islámica de España que recoge expresamente en uno de sus artículos que los musulmanes que los deseen -entre 1,5 y 2 millones, según la Junta Islámica, incluyendo a los irregulares- "podrán solicitar concluir su jornada laboral una hora antes de la puesta de sol durante el mes de Ramadán".
Mes de esfuerzo y sacrificio
El Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán que es lunar y cada año cae en una fecha distinta en nuestro calendario gregoriano. El calendario lunar es 11 días más corto que el gregoriano y por eso existe ese desfase temporal al pasar los días de un calendario a otro.
En 2008, por ejemplo, el mes sagrado musulmán cayó en septiembre y el año pasado también en agosto. Durante este mes, los musulmanes conmemoran la revelación del Corán al profeta Mahoma.
Sin embargo, según ha indicado Mansur escudero, no todos los musulmanes están obligados a cumplir el ramadán y que en el grupo de los exentos, en el que se encuentran las mujeres embarazadas y lactantes, los ancianos, los niños y los viajeros, también se incluyen aquellos que desempeñan trabajos duros y que, por hacer ramadán, podrían sufrir deshidratación.
"La preservación de la vida está por encima del ramadán", ha dicho Escudero que ha explicado que, para compensar la falta de ayuno durante el ramadán, las leyes islámicas contemplan dar de comer a un necesitado tantos días como los que no se ayune durante el ramadán o que se haga el ayuno otro día que sí pueda sin que corra riesgo la salud.
En España, según el presidente de la Junta Islámica, la población musulmana oscila entre los 1,5 millones y los 2 millones, si se tiene en cuenta a los inmigrantes que están en el país de forma irregular y de éstos, unos 200.000 están en Andalucía.
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