El demócrata Barack Obama selló hoy la histórica victoria que vaticinaban las encuestas al resultar elegido el primer presidente negro de EEUU tras una campaña de masiva movilización de votantes que dirigió con disciplina prusiana.
"Fue la campaña más eficaz de movilización de votantes de la historia política estadounidense", dijo a Efe Adam Seagal, director del Proyecto de Votantes Hispanos de la Universidad Johns Hopkins.
Seagal explicó a Efe que el hábil uso de internet para llegar a los votantes fue clave en esa estrategia.
Además, su superioridad financiera -recaudó más de 600 millones de dólares durante la campaña, más del doble que su rival republicano John McCain- le permitió lanzar una implacable ofensiva publicitaria.
Esa acometida, destacó Seagal, le ayudó a hacerse con el voto latino en estados clave para su victoria de esta noche como Colorado, Nuevo México y Florida.
Temo Figueroa, director del equipo hispano de Obama, explicó a Efe que en los últimos días en estados como Florida era prácticamente imposible que pasaran más de 15 minutos sin que los telespectadores y radioyentes latinos escucharan el mensaje: "Soy Barack Obama y apruebo este mensaje".
El entusiasmo generado por su lema central de cambio y esperanza ("Sí se puede") hizo el resto, al calar en un país harto de la presidencia de George W. Bush, quien deja al país sumido en la peor crisis económica en 80 años y enfrascado en dos guerras.
El grito de "Fired Up, Ready to Go" (algo así como "muy entusiasmados y listos para el ataque"), entonado por los asistentes a un mitin al comienzo del proceso de elecciones primarias, se convirtió casi en un himno y en motor de su campaña.
La responsable de poner en marcha el eslogan fue Edith Childs, una seguidora de Obama de Carolina del Sur, quien a principios de año rugió en un acto electoral "Fired Up" (Muy entusiasmados), a lo que el resto de la multitud respondió de forma espontánea: "Ready to Go" (Listos para el ataque).
Obama sacó a colación una y otra vez ese momento durante su larga batalla por la Casa Blanca para explicar cómo una sola voz puede cambiar todo un auditorio y por extensión el mundo.
A parte de recordar los hitos de una campaña histórica, los expertos incidieron también en el enorme simbolismo de la elección del primer presidente negro en la historia del país.
"Es realmente épico el que un afroamericano que nació cuando muchos estados todavía prohibían los matrimonios interraciales se haya convertido en presidente de EEUU", dijo a Efe, Fred Greenstein, profesor emérito de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey).
Para Conrad Fink, ex vicepresidente de la agencia de noticias Associated Press (AP) y profesor de Periodismo de la Universidad de Georgia, la elección de Obama pone de manifiesto "lo hermoso de la democracia estadounidense""Demuestra que cualquiera, independientemente de sus orígenes y el color de su piel, puede llegar a lo más alto", dijo a Efe Fink.
Erwin Hargrove, profesor emérito de la Universidad Vanderbilt (Tennessee) cree, por su parte, que la victoria de Obama "ayudará a restaurar el dañado prestigio moral estadounidense en el mundo".
El triunfo de Obama supone, por lo demás, la ruptura de EEUU con los republicanos y la inauguración de una nueva era política."Su éxito marca el fin de una etapa de dominio republicano y podría suponer el inicio de un largo periodo de mayoría demócrata", pronosticó Hargrove.
Obama deberá de ponerse a trabajar desde mañana mismo en los detalles de la transición tras la que heredará las que Greenstein define como "tareas monumentales".
El nuevo inquilino de la Casa Blanca tendrá 77 días hasta la ceremonia inaugural del 20 de enero para reemplazar a miles de funcionarios y definir las pautas que marcarán un nuevo rumbo para el país.
Washington, 4 nov (EFE).-
Washington, 4 nov (EFE).-
Tras la votación de hoy, que ha dado el triunfo a Barack Obama, la Casa Blanca se prepara para cambiar de manos por primera vez en ocho años y en un momento crítico para EEUU, inmerso en una crisis económica y dos guerras abiertas.
El cambio promete ser abrumador. No solamente representa un reemplazo de republicanos a demócratas, también representa un relevo racial y generacional.
En los últimos días ya se había empezado a conjeturar sobre el equipo que Obama traerá al número 1600 de Pennsylvania Avenue. Las apuestas favorecen a Rahm Emanuel, el jefe del grupo parlamentario demócrata en la Cámara de Representantes, para ocupar el puesto clave de jefe de Gabinete.
Otros nombres que se apuntan son los del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, o la asesora de Política Exterior de la campaña de Obama, Susan Rice, para la Secretaría de Estado.O, como portavoces de la Casa Blanca, Stephanie Cutler, que fue secretaria de prensa del ex candidato demócrata John Kerry, o Robin Gibbs, que ha hablado por Obama a lo largo de toda la campaña.Lo que sí está claro, según los analistas, es que Obama querrá moverse rápido en el proceso de transición.
En el recuerdo de los demócratas está el retraso de Bill Clinton tras su elección presidencial en 1992 a la hora de nombrar a sus cargos principales, lo que ya le hizo entrar con mal pie en los primeros meses de su mandato y acabar teniendo unos dos primeros años desastrosos.
El equipo de transición de Obama, encabezado por el ex jefe de Gabinete de Clinton John Podesta, se encuentra en contacto directo desde hace semanas con el Consejo de Coordinación de la Transición (TCC) de la Casa Blanca de Bush.Entre otros aspectos, la Casa Blanca ha facilitado que los candidatos reciban sesiones informativas sobre los trabajos de los servicios de Inteligencia, sobre cuestiones de seguridad nacional y sobre la crisis financiera.
Precisamente, esta última será la tarea más urgente que aguarde al ganador de las elecciones de hoy.En apenas diez días se celebrará en Washington una cumbre del G-20, los países más desarrollados y las principales economías en desarrollo, para tratar sobre posibles soluciones a la crisis financiera global.
La Casa Blanca ya ha dejado claro que no espera que el vencedor participe de modo directo en la reunión en Washington. Obama ha indicado, por su parte, que dejará el protagonismo a George W. Bush, el actual presidente, para evitar una bicefalia en las negociaciones.Aun así, según ha explicado la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, la representación estadounidense buscará las opiniones del presidente electo.Aunque el nuevo presidente no asumirá su cargo hasta el 20 de enero, durante estos meses de transición tendrá también que empezar a prepararse para decisiones que pueden resultar muy duras, en especial en lo que respecta a las guerras en Irak y Afganistán.
A lo largo de su campaña, Obama ha prometido que pondría fin a la guerra en Irak lo antes posible, si bien a medida que han ido pasando los meses ha suavizado su postura y ha pasado de un plazo tajante de 16 meses a indicar que el principal factor serán las condiciones sobre el terreno.Obama también ha prometido que dará prioridad al conflicto en Afganistán, donde contempla el envío de refuerzos a las tropas estadounidenses.Las negociaciones sobre el futuro de las tropas estadounidenses en Irak están aún en el alero, y los funcionarios en Washington son cada vez más pesimistas de que puedan resolverse antes de fin de año, cuando expira el mandato de la ONU que regula esa presencia.
La actitud que pueda adoptar el presidente electo será importante para el éxito de esas conversaciones.
Tras ocho años de una Casa Blanca muy criticada en el exterior, será interesante también ver cómo se desarrollan los primeros meses de una Administración Obama y qué gestos hace hacia la comunidad internacional. Será significativo, por ejemplo, cuándo y dónde haga sus primeros viajes.
De momento, las primeras señales son buenas. La Bolsa de Nueva York cerró hoy con una subida del 2 por ciento, en un mensaje de optimismo sobre el relevo, finalmente, en la Casa Blanca.
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