Las tropas tailandesas han establecido un perímetro de seguridad en torno a unos 6.000 opositores acampados en las inmediaciones de la sede del Gobierno
AGENCIAS 14-04-2009/ Cadena SER
En las últimas horas la situación se había recrudecido y las protestas habían dado paso a enfrentamientos entre detractores y defensores del Gobierno que ya ha provocado la muerte de al menos dos personas, mientras centenares han resultado heridas.
AGENCIAS 14-04-2009/ Cadena SER
En las últimas horas la situación se había recrudecido y las protestas habían dado paso a enfrentamientos entre detractores y defensores del Gobierno que ya ha provocado la muerte de al menos dos personas, mientras centenares han resultado heridas.
El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, en una declaración por televisión anunció que la situación estaba bajo control, excepto por la concentración antigubernamental que se reunió a las afueras de la Casa del Gobierno. Aun así, advirtió de que podrían producirse episodios de violencia contra la propiedad pública, contra establecimientos clave o contra lugares públicos.
Ante esta concentración las fuerzas combinadas del Ejército y la Policía han establecido un perímetro de seguridad alrededor de unos 6.000 manifestantes, que se preparan para la batalla campal con las fuerzas de seguridad.
Los activistas han colocado de barricadas árboles arrancados, incendiado autobuses y neumáticos, y acumulan piedras y ladrillos para lanzarlos hacia los soldados, según testigos.
A última hora del lunes, dos civiles perdieron la vida por disparos de los que se desconoce su procedencia, ya que desde el Gobierno se asegura que el Ejército tiene orden de no disparar sobre los manifestantes y que solamente se efectúan ráfagas al aire para asustar a los opositores que protestan en las calles. Otras nueve personas fueron heridas por impacto de bala.
Las autoridades han reforzado el control de carreteras, puertos y aeropuertos para evitar que sean tomados por los opositores, tal y como sucedió el pasado diciembre con los detractores de Shinawatra, que ocuparon la sede del Gobierno y los dos aeropuertos internacionales.
Tailandia vive desde hace tres años una profunda crisis política motivada por la pugna entre partidarios y detractores de Shinawatra, derrocado por un golpe de Estado en 2006 que anima a los camisas rojas a recuperar el poder y luchar contra el Gobierno actual.
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