Más de 20.000 civiles murieron por los bombardeos del Ejército de Sri Lanka durante la ofensiva final lanzada entre el 27 de abril y el 19 de mayo para acabar con los últimos reductos rebeldes tamiles, según publicó ayer el periódico británico The Times, que cita informes confidenciales de Naciones Unidas y a testigos sobre el terreno. Este balance de víctimas triplica el hasta ahora admitido por el Gobierno de Colombo, que califica los nuevos datos como "totalmente falsos". Naciones Unidas, por su parte, dice que no dispone de datos cerrados de bajas civiles.
The Times incluye en su información en Internet un vídeo en el que puede verse un campo de refugiados desierto, con habitáculos arrasados y varios cientos de lo que parecen ser tumbas excavadas en un terreno desolado y rodeado de palmeras.
La larga guerra entre los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el Gobierno de Colombo, iniciada en 1983 por el levantamiento tamil para lograr la independencia, ha causado más de 100.000 muertos, según estimaciones oficiales. En la última fase, con los rebeldes rodeados en una estrecha franja de terreno, los abusos contra los civiles se produjeron en ambos bandos, según The Times. Mientras los tigres utilizaron a la población como escudos humanos, el Ejército no dudó en bombardear zonas establecidas como libres de conflicto, lo que habría causado más de 1.000 civiles muertos cada día en las tres semanas de ofensiva final, hasta la muerte del líder rebelde, Vellupillai Prabhakaran, el día 19.
Las restricciones impuestas por Colombo para acceder a la zona afectada, denunciadas por organizaciones como la Cruz Roja o la propia ONU, dificultan la confirmación de los hechos. La ONG Human Rights Watch exigió ayer la apertura de una investigación por crímenes de guerra.
La larga guerra entre los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el Gobierno de Colombo, iniciada en 1983 por el levantamiento tamil para lograr la independencia, ha causado más de 100.000 muertos, según estimaciones oficiales. En la última fase, con los rebeldes rodeados en una estrecha franja de terreno, los abusos contra los civiles se produjeron en ambos bandos, según The Times. Mientras los tigres utilizaron a la población como escudos humanos, el Ejército no dudó en bombardear zonas establecidas como libres de conflicto, lo que habría causado más de 1.000 civiles muertos cada día en las tres semanas de ofensiva final, hasta la muerte del líder rebelde, Vellupillai Prabhakaran, el día 19.
Las restricciones impuestas por Colombo para acceder a la zona afectada, denunciadas por organizaciones como la Cruz Roja o la propia ONU, dificultan la confirmación de los hechos. La ONG Human Rights Watch exigió ayer la apertura de una investigación por crímenes de guerra.
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