El Rey y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, han abogado hoy por construir un futuro compartido con Iberoamérica con motivo de la celebración de sus bicentenarios de independencia y aprovechar esta efemérides para dar un impulso a la relación de España y la UE con esta región.
EFE / La Opinión
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Don Juan Carlos y Zapatero han inaugurado el acto institucional sobre las conmemoraciones de los bicentenarios en Casa América, en el que se ha definido el papel de España ante los bicentenarios que comienzan este año en Bolivia y Ecuador, y que proseguirán en 2010 en México, Argentina, Venezuela, Colombia y Chile.
Ante la presencia de un amplio número de ministros latinoamericanos y personalidades políticas, culturales y económicas, el Rey y Zapatero han coincidido en la necesidad de reforzar el trabajo en común para dar un mayor peso internacional a la comunidad iberoamericana y que su voz sea tenida más en cuenta.
Don Juan Carlos ha puntualizado que durante la presidencia de la UE en el primer semestre de 2010 España desea favorecer "un salto cualitativo" en la relación con América Latina y el Caribe.
El Rey ha manifestado que los bicentenarios deben servir para rendir un homenaje a ese "conjunto de naciones libres, iguales, soberanas e independientes nacidas en América hace dos siglos" y hacer "una reflexión común sobre el presente y el futuro".
Don Juan Carlos ha indicado que el movimiento emancipador americano nació con "los ideales de la libertad, la igualdad y la solidaridad" de la Constitución de Cádiz de 1812, la primera en España, cuyo ámbito de aplicación se extendía a Iberoamérica.
Y es ese profundo "significado histórico" y los vínculos existentes los que explican el interés en acompañarles y colaborar en los actos conmemorativos, ha añadido el Monarca.
Zapatero ha incidido en este deseo de "acompañar" a los "auténticos protagonistas", con "la mirada en el futuro, la confianza en el presente y la sabiduría del pasado", y respetando la "diversidad de las culturas".
Tras afirmar que "España es un país que no se puede comprender sin Iberoamérica", ha animado a abrir una etapa de más colaboración aprovechando los valores compartidos, como la lengua, y fomentando aspectos como la educación y la investigación.
Al igual que el Rey, Zapatero han coincidido en la importancia de las Cumbres Iberoamericanas para acercar a ambos lados del Atlántico y construir una comunidad común "más fuerte y cohesionada, más dueña de su porvenir".
El jefe del Ejecutivo ha aprovechado para valorar el papel de los Reyes y el Príncipe de Asturias de favorecer los vínculos de la monarquía constitucional con las democracias iberoamericanas.
A su juicio, Don Juan Carlos ha sido una "especial referencia" que ha cumplido "más que ejemplarmente" este cometido, que el heredero de la Corona continúa con "brillantez y dedicación".
Tras los discursos inaugurales, ha intervenido el ex presidente del Gobierno y embajador español para los bicentenarios, Felipe González, quien al reflexionar sobre la actual crisis, ha defendido un nuevo modelo de crecimiento para Iberoamérica asentado en el capital humano, los valores democráticos y la justicia social.
González ha reconocido que en España hay todavía un déficit de conocimiento sobre Hispanoamérica que se traduce en que algunos "no conozcan lo suficiente la realidad española".
El acto, que se prolongará durante toda la jornada, ha continuado con la primera de las tres mesas redondas, moderada por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y con la participación de la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero Waldner, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, entre otros.
Moratinos ha invitado a "revisar los planteamientos del pasado para construir juntos el futuro" y seguir haciendo de Latinoamérica uno de las comunidades más democráticas del mundo.
Después de un almuerzo con cerca de 200 invitados, la sesión de tarde la abrirá la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como coordinadora de la Comisión Nacional de los Bicentenarios.
La agenda se completa con otras dos mesas redondas sobre el papel de la cultura y la situación económica en Iberoamérica.
Ante la presencia de un amplio número de ministros latinoamericanos y personalidades políticas, culturales y económicas, el Rey y Zapatero han coincidido en la necesidad de reforzar el trabajo en común para dar un mayor peso internacional a la comunidad iberoamericana y que su voz sea tenida más en cuenta.
Don Juan Carlos ha puntualizado que durante la presidencia de la UE en el primer semestre de 2010 España desea favorecer "un salto cualitativo" en la relación con América Latina y el Caribe.
El Rey ha manifestado que los bicentenarios deben servir para rendir un homenaje a ese "conjunto de naciones libres, iguales, soberanas e independientes nacidas en América hace dos siglos" y hacer "una reflexión común sobre el presente y el futuro".
Don Juan Carlos ha indicado que el movimiento emancipador americano nació con "los ideales de la libertad, la igualdad y la solidaridad" de la Constitución de Cádiz de 1812, la primera en España, cuyo ámbito de aplicación se extendía a Iberoamérica.
Y es ese profundo "significado histórico" y los vínculos existentes los que explican el interés en acompañarles y colaborar en los actos conmemorativos, ha añadido el Monarca.
Zapatero ha incidido en este deseo de "acompañar" a los "auténticos protagonistas", con "la mirada en el futuro, la confianza en el presente y la sabiduría del pasado", y respetando la "diversidad de las culturas".
Tras afirmar que "España es un país que no se puede comprender sin Iberoamérica", ha animado a abrir una etapa de más colaboración aprovechando los valores compartidos, como la lengua, y fomentando aspectos como la educación y la investigación.
Al igual que el Rey, Zapatero han coincidido en la importancia de las Cumbres Iberoamericanas para acercar a ambos lados del Atlántico y construir una comunidad común "más fuerte y cohesionada, más dueña de su porvenir".
El jefe del Ejecutivo ha aprovechado para valorar el papel de los Reyes y el Príncipe de Asturias de favorecer los vínculos de la monarquía constitucional con las democracias iberoamericanas.
A su juicio, Don Juan Carlos ha sido una "especial referencia" que ha cumplido "más que ejemplarmente" este cometido, que el heredero de la Corona continúa con "brillantez y dedicación".
Tras los discursos inaugurales, ha intervenido el ex presidente del Gobierno y embajador español para los bicentenarios, Felipe González, quien al reflexionar sobre la actual crisis, ha defendido un nuevo modelo de crecimiento para Iberoamérica asentado en el capital humano, los valores democráticos y la justicia social.
González ha reconocido que en España hay todavía un déficit de conocimiento sobre Hispanoamérica que se traduce en que algunos "no conozcan lo suficiente la realidad española".
El acto, que se prolongará durante toda la jornada, ha continuado con la primera de las tres mesas redondas, moderada por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y con la participación de la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero Waldner, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, entre otros.
Moratinos ha invitado a "revisar los planteamientos del pasado para construir juntos el futuro" y seguir haciendo de Latinoamérica uno de las comunidades más democráticas del mundo.
Después de un almuerzo con cerca de 200 invitados, la sesión de tarde la abrirá la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como coordinadora de la Comisión Nacional de los Bicentenarios.
La agenda se completa con otras dos mesas redondas sobre el papel de la cultura y la situación económica en Iberoamérica.
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