AGENCIAS. 09.05.2009 - 09:10h/ 20minutos.esEl director de la oficina militar de la Casa Blanca, Louis Caldera, ha presentado su dimisión por el vuelo a baja altura de un avión presidencial con fines fotográficos sobre Nueva York, el pasado 27 de abril, que causó el pánico en la ciudad.
En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que el presidente de EE UU, Barack Obama, ha aceptado la dimisión de Caldera, uno de los funcionarios hispanos de mayor rango en el Gobierno. La renuncia se produce tras la conclusión de una investigación interna ordenada por Obama sobre lo sucedido y que estuvo encabezada por Jim Messina, el jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca.
Miles de empleados en el barrio financiero abandonaron sus oficinas, se evacuaron edificios...
Caldera, ex secretario de Defensa para el Ejército, se había atribuido la responsabilidad de autorizar ese vuelo. En su carta de dimisión, distribuida hoy por la Casa Blanca, el alto funcionario indica que la polémica le ha hecho "imposible" continuar en su cargo.
Obama, que según la Casa Blanca se puso "furioso" cuando se enteró de ese vuelo y del pánico que causó entre los habitantes de Nueva York, describió el hecho como un "error" y aseguró que "no volverá a ocurrir".
El vuelo del avión presidencial y de un caza F-16 que lo escoltaba, cuyo propósito era la toma de fotografías cerca de la estatua de la Libertad, se produjo al inicio de la jornada laboral en Nueva York y causó temor en una ciudad que fue blanco de ataques terroristas con aviones comerciales el 11 de septiembre de 2001.
Miles de empleados en el barrio financiero abandonaron sus oficinas, se evacuaron edificios y las agencias policiales y de emergencia recibieron numerosas llamadas que avisaban de que los aviones volaban demasiado bajo.
El alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, dijo que el Gobierno no le avisó de la maniobra aérea y se enteró cuando empezó a recibir mensajes en su móvil que le preguntaban qué ocurría. Bloomberg añadió que si le hubieran avisado "les habría dicho de inmediato que no lo hicieran".
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Obama, que según la Casa Blanca se puso "furioso" cuando se enteró de ese vuelo y del pánico que causó entre los habitantes de Nueva York, describió el hecho como un "error" y aseguró que "no volverá a ocurrir".
El vuelo del avión presidencial y de un caza F-16 que lo escoltaba, cuyo propósito era la toma de fotografías cerca de la estatua de la Libertad, se produjo al inicio de la jornada laboral en Nueva York y causó temor en una ciudad que fue blanco de ataques terroristas con aviones comerciales el 11 de septiembre de 2001.
Miles de empleados en el barrio financiero abandonaron sus oficinas, se evacuaron edificios y las agencias policiales y de emergencia recibieron numerosas llamadas que avisaban de que los aviones volaban demasiado bajo.
El alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, dijo que el Gobierno no le avisó de la maniobra aérea y se enteró cuando empezó a recibir mensajes en su móvil que le preguntaban qué ocurría. Bloomberg añadió que si le hubieran avisado "les habría dicho de inmediato que no lo hicieran".
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