La periodista estadounidense de ascendencia iraní, Roxana Saberí, ha sido liberada hoy bajo fianza, confirmó su padre, Reza Saberí.
EFE / La Opinión
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"Puedo confirmar que ya está libre. La pena ha sido reducida a dos años y quedará definitivamente en libertad si en un plazo de cinco años no vuelve a cometer un delito", aseguró.
Reza Saberí señaló, asimismo, que su hija "se encuentra en buen estado de salud", pero no quiso dar detalles de cuales serán sus próximos pasos y cuando piensa regresar a Estados Unidos.
La reportera había sido condenada hace tres semanas a ocho años de prisión por espiar a favor de Estados Unidos en un juicio rápido y puerta cerrada, plagado de irregularidades.
Ayer, la Corte de Apelación revisó el veredicto y decidió reducir la pena a dos años de cárcel, imponer una fianza cuya cuantía no ha sido revelada y mantener la sentencia en suspenso durante los próximos cinco años.
Condenada a ocho años de cárcel por espiar a favor de Estados Unidos, será puesta en libertad en la próximas horas después de que el Tribunal de Apelación decidiera acortar su condena.
El caso Saberí ha mantenido en vilo desde hace tres meses a la administración norteamericana y en especial al presidente Barack Obama, que ha realizado varios llamamientos en favor de la joven.
La reportera fue arrestada el pasado 31 de enero, al parecer cuando se disponía a comprar vino para una fiesta, sustancia cuyo consumo está proscrito en Teherán.
Diez días después se puso en contacto con sus padres, residentes en la localidad estadounidense de Fargo, para informarles de que había sido detenida, aunque les pidió que no hicieran nada ya que confiaba en ser liberada pronto.
Alarmado por la falta de noticias, su padre decidió acudir a la prensa el 28 de febrero para denunciar la desaparición de su hija.
Desde entonces, el proceso se enmarañó hasta quedar enredado en cuestiones políticas.
Dos días después de que su padre diera la voz de alarma, el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hasan Qashghavi, aseguró que había sido arrestada por carecer de acreditación de prensa.
Un mes más tarde, la Fiscalía le acusó de espionaje y en un juicio rápido y a puerta cerrada fue condenada a ocho años de prisión por espionaje.
Tras conocerse la primera sentencia, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, envió una carta a la propia fiscalía para pedir que se realizara un proceso justo y se le otorgaran a Saberí las herramientas adecuadas para su defensa.
Ayer, durante las cinco horas que duró la vista, la periodista pudo presentar su alegaciones, explicó su abogado.
El caso Saberí ha coincidido con la oferta de reconciliación extendida por el presidente norteamericano al régimen de los ayatolás, con el que su país rompió los lazos diplomáticos hace tres décadas.
Obama ha sugerido emprender un nuevo camino si Teherán decide abrir el puño.
La oferta ha creado cierta inquietud en el seno de la corriente más conservadora del régimen y sembrado semillas de división entre los más moderados y los más inmovilistas.
Saberí, hija de padre iraní y madre japonesa, llegó a Teherán hace seis años y desde entonces trabajó para medios británicos y estadounidenses de prestigio como la cadena BBC o Fox News.
Actualmente, se hallaba en el país al parecer recopilando información para escribir un libro.
Según su padre, Saberí mantuvo una huelga de hambre en la prisión de Evin que obligó a que fuera ingresada en un hospital, extremo que han negado las autoridades iraníes.
Reza Saberí señaló, asimismo, que su hija "se encuentra en buen estado de salud", pero no quiso dar detalles de cuales serán sus próximos pasos y cuando piensa regresar a Estados Unidos.
La reportera había sido condenada hace tres semanas a ocho años de prisión por espiar a favor de Estados Unidos en un juicio rápido y puerta cerrada, plagado de irregularidades.
Ayer, la Corte de Apelación revisó el veredicto y decidió reducir la pena a dos años de cárcel, imponer una fianza cuya cuantía no ha sido revelada y mantener la sentencia en suspenso durante los próximos cinco años.
Condenada a ocho años de cárcel por espiar a favor de Estados Unidos, será puesta en libertad en la próximas horas después de que el Tribunal de Apelación decidiera acortar su condena.
El caso Saberí ha mantenido en vilo desde hace tres meses a la administración norteamericana y en especial al presidente Barack Obama, que ha realizado varios llamamientos en favor de la joven.
La reportera fue arrestada el pasado 31 de enero, al parecer cuando se disponía a comprar vino para una fiesta, sustancia cuyo consumo está proscrito en Teherán.
Diez días después se puso en contacto con sus padres, residentes en la localidad estadounidense de Fargo, para informarles de que había sido detenida, aunque les pidió que no hicieran nada ya que confiaba en ser liberada pronto.
Alarmado por la falta de noticias, su padre decidió acudir a la prensa el 28 de febrero para denunciar la desaparición de su hija.
Desde entonces, el proceso se enmarañó hasta quedar enredado en cuestiones políticas.
Dos días después de que su padre diera la voz de alarma, el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hasan Qashghavi, aseguró que había sido arrestada por carecer de acreditación de prensa.
Un mes más tarde, la Fiscalía le acusó de espionaje y en un juicio rápido y a puerta cerrada fue condenada a ocho años de prisión por espionaje.
Tras conocerse la primera sentencia, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, envió una carta a la propia fiscalía para pedir que se realizara un proceso justo y se le otorgaran a Saberí las herramientas adecuadas para su defensa.
Ayer, durante las cinco horas que duró la vista, la periodista pudo presentar su alegaciones, explicó su abogado.
El caso Saberí ha coincidido con la oferta de reconciliación extendida por el presidente norteamericano al régimen de los ayatolás, con el que su país rompió los lazos diplomáticos hace tres décadas.
Obama ha sugerido emprender un nuevo camino si Teherán decide abrir el puño.
La oferta ha creado cierta inquietud en el seno de la corriente más conservadora del régimen y sembrado semillas de división entre los más moderados y los más inmovilistas.
Saberí, hija de padre iraní y madre japonesa, llegó a Teherán hace seis años y desde entonces trabajó para medios británicos y estadounidenses de prestigio como la cadena BBC o Fox News.
Actualmente, se hallaba en el país al parecer recopilando información para escribir un libro.
Según su padre, Saberí mantuvo una huelga de hambre en la prisión de Evin que obligó a que fuera ingresada en un hospital, extremo que han negado las autoridades iraníes.
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